La razón de que un soberano brillante y un sabio general
conquisten al enemigo adondequiera que vayan, y de que sus logros sobrepasen a
los del hombre común, es su conocimiento previo de la situación del enemigo.
Ese "conocimiento previo" no puede obtenerse de los espíritus ni de
los dioses, ni por analogía con hechos del pasado ni mediante cálculos
astrológicos. Siempre debe obtenerse de los hombres que conocen la situación
del enemigo: los espías"
( SUN-TZU, en "El arte de la Guerra", siglo IV a. C. )